Las llantas, como cualquier otra pieza de tu coche, tienen una vida útil limitada y deben ser reemplazadas cuando muestran signos de desgaste o daño. Al ser el único punto de contacto entre tu vehículo y la carretera, sufren un desgaste constante debido a la fricción. Con el tiempo, la banda de rodadura se desgasta, disminuyendo la adherencia y poniendo en riesgo tu seguridad y la de tus acompañantes.

Aunque los pinchazos o el desgaste excesivo son señales claras de que las llantas deben ser reemplazadas, existen otros indicadores más sutiles que pueden pasar desapercibidos a simple vista.

¿Por qué es importante cambiar las llantas a tiempo?

Entonces, las llantas desgastadas o dañadas pueden provocar diversos problemas, como:

• Pérdida de adherencia: Esto aumenta el riesgo de accidentes, especialmente en condiciones climáticas adversas.
• Desgaste prematuro de otros componentes: Las llantas en mal estado pueden acelerar el desgaste de los frenos, la suspensión y otros componentes del vehículo.
• Aumento del consumo de combustible: Las llantas desgastadas generan mayor resistencia a la rodadura, lo que se traduce en un mayor consumo de gasolina.
• Vibraciones y ruidos: Las llantas desbalanceadas o con deformaciones pueden causar vibraciones y ruidos molestos al conducir.

¿Cuándo debo cambiar mis llantas?

Existen varios indicadores que te ayudarán a determinar si es momento de comprar llantas nuevas:

• Desgaste de la banda de rodadura: La profundidad mínima de la banda de rodadura está indicada por unos indicadores de desgaste ubicados en las ranuras. Si el desgaste alcanza estos indicadores, es hora de cambiar las llantas. La profundidad de las ranuras o cenefas de una llanta en buen estado debe oscilar entre 8 y 8,5 milímetros. Si al medir esta profundidad con un profundímetro de llantas o incluso utilizando una moneda como referencia, observamos que es inferior a este valor, es una clara señal de que las llantas han alcanzado el límite de desgaste y deben ser reemplazadas de inmediato.
• Edad de las llantas: Incluso si las llantas no presentan un desgaste visible, el caucho se degrada con el tiempo. Se recomienda cambiar las llantas cada 5-6 años, independientemente del kilometraje. Por lo tanto, si las llantas superan los diez años de antigüedad, es altamente probable que el caucho se haya degradado, independientemente del nivel de desgaste visible, por lo que se aconseja su reemplazo preventivo.
• Daños visibles: Cortes, bultos, grietas o desgarros en la banda de rodadura o en los flancos de la llanta requieren un reemplazo inmediato.
• Vibraciones o ruidos inusuales: Si sientes vibraciones en el volante o escuchas ruidos extraños al conducir, podría ser señal de un problema en las llantas.

Comprar llantas nuevas

Si bien adquirir llantas usadas puede parecer una opción económica viable, la seguridad no debe ser negociable. Las llantas de segunda mano, por más que parezcan estar en buen estado, pueden ocultar desgastes internos, daños estructurales o irregularidades en el compuesto que comprometan la adherencia del vehículo a la carretera. 

Optar por comprar llantas nuevas garantiza un rendimiento óptimo en cualquier condición climática y reduce significativamente el riesgo de accidentes causados por fallas en los neumáticos.

Las llantas usadas pueden presentar un desgaste irregular, grietas en los flancos, separaciones en la banda de rodadura o daños internos que no son visibles a simple vista. Estos problemas pueden provocar pérdidas de control, vibraciones, ruidos y, en el peor de los casos, reventones. Por el contrario, las llantas nuevas ofrecen un rendimiento predecible y confiable, garantizando una conducción segura y confortable en todo momento.

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